
Es curioso, o quizá… es lógico que sea él quien haya dirigido esta película. Parece una peregrinación, un canto “mea culpa” que Ulises entona por su tradición familiar, y que quizá, nosotros podamos seguir por haber posibilitado la desaparición de esta forma de vida.
Hace menos de lo que pudiera parecer en los cerros de esta región andina abundaban las terrazas de cultivo. La tierra fértil se mantenía en las laderas escarpadísimas gracias a un sistema que al mismo tiempo exigía una relación muy estrecha del hombre y su cultura con el ecosistema. El mundo y el lugar que ocupaba el hombre en él estaba simbolizado por la pacha mama. Después, la necesidad del mercado llevo al establecimiento de plantas productoras de azúcar más abajo, y propició la gestión de mano de obra haciendo que estas gentes dejaran arriba sus cultivos para trabajar en la zafra donde crecía la caña de azúcar. Sin nadie que se ocupara de ellas, las terrazas se vinieron abajo, convertidas en lodazal bajaron por la montaña arrasando con pueblos y caminos. En el documental hay testimonios de gente que vivió este cambio.
La película merece la pena a pesar de tener esa visión un poco falsa de los documentales que quieren simular que no hay cámara. A mí me hizo caer en la cuenta de muchas cosas

Por ejemplo, las letras de algunas canciones. Esa de Eduardo Falú, tan preciosa, y que asume tácitamente el discurso mantenido por una visión humana de los ingenios azucareros que está presente también en la película: “vamos mi amor a la zafra”. Pero también, ese canto a la Pacha Mama que está presente siempre en las canciones de Luzmila Carpio.
El documental, como decía, está acompañado con música del Jujeño Ricardo Vilca. Voy a dejar aquí para descargar, además del link a Taringa donde está la película, otro para poder descargar un disco de Vilca al que le tengo especial cariño. Leí en algún lugar que Vilca, siendo joven escuchó una vez a Bach y se dijo “yo tengo que hacer esto pero con la música de mi tierra” (algo así). Es increíble cómo este gesto de mirar al pasado, le llevó tan adelante. Porque yo tengo la impresión, escuchándolo, de estar ante algo totalmente nuevo aunque tradicional.