domingo, 28 de octubre de 2018

miércoles, 24 de octubre de 2018

HECTOR MIRANDA, IN MEMORIAM (1930-2018)



Estas líneas son una despedida a un amigo, que además ha significado mucho en mi vida. Ayer (23 de octubre de 2018), ha fallecido a los 88 años Héctor Miranda, fundador y director de Los Calchakis. Pude seguir su evolución en el último año y estaba preparado para recibir esta noticia cualquier día. Aunque esperado, cuando llega el momento uno empieza a recapitular recuerdos, y surgen tantos y tan importantes para mí, que cuando disponga de tiempo intentaré escribir un artículo sintetizando su rica vida artística.
Héctor fue una persona importante para mí. A veces me han preguntado de donde surgió mi pasión por América del Sur. Hubo varios condicionantes previos para ello en la infancia, pero lo que de verdad disparó la cosa fue un disco LP que me trajo un día mi madre allá por 1978. Ella estaba intentando que nos gustase la música como era su caso, y nos iba trayendo discos de distintos estilos musicales (sin demasiado éxito hasta ese momento). Pero el LP que trajo ese día, "Las flautas Indias, vol. 4 de Los Calchakis" fue muy especial. En cuanto el tocadiscos comenzó a surcar el disco y comenzaron a sonar los primeros compases de la primera canción, "Peregrino soy", un pasillo ecuatoriano con rondador, ocurrió algo muy intenso dentro de mí, difícil de explicar, pero muy emocionante. Nuestro amigo Eladio dice que los que sentimos pasión por la música andina solemos tener ese momento que el define como "te picó el bicho". A mi lo hizo ese día, y a través de la música de los Andes me fui adentrando en el conocimiento de su cultura y naturaleza, y así hasta hoy...
Héctor era hijo de un emigrante asturiano (de Llanera), panadero en Buenos Aires. De la pobreza en su infancia (vivían en un suburbio periférico de Buenos Aires que se continuaba con la Pampa), llegó a ser profesor de la Academia Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires, cargo que abandonó al poco tiempo para viajar a París con "pinceles, tubos de óleo, una flauta, letras de canciones y muestras de dibujos publicitarios" en su valija; "si no triunfo en una cosa, triunfaré en otra".  Y vaya si triunfó. Alcanzó en París el esplendor en las artes y la música, con exposiciones y conciertos en los teatros más importantes del mundo, discos de oro, premios y decenas de discos editados, con cientos de miles de ventas. 
En los años 70 y 80, Los Calchakis era un grupo de referencia en Europa. Hoy lo sigue siendo cuando se habla de la interesante historia de la música andina y sudamericana en Europa. En las carátulas de los LP podía leer interesantísima información y fui descubriendo ritmos y sonidos fascinantes. De ahí fui encontrando nuevos y extraordinarios grupos (Los Incas, Inti Illimani, Illapu, etc.), pero Los Calchakis siempre ocupaban un lugar muy especial en mi discoteca y en mis gustos. Por supuesto no me perdí los conciertos que dieron en Gijón y Oviedo por aquellos años, y fue entonces cuando pude conocer a Héctor, que me firmó todos sus discos.
Nuestro último encuentro personal fue en Burgos, hace 9 años (2009) en un extraordinario concierto que dieron en la iglesia de La Merced, con un coro francés (La Vezère). Al día siguiente estuvimos juntos conversando más de una hora. También pude conocer en persona al extraordinario y admirado quenista del grupo y gran persona, Sergio Arriagada Cousin, con quien desde entonces disfruto de su amistad. Aunque con Héctor ya mantenía contacto por correo electrónico, a partir de ese concierto intensificamos nuestra correspondencia, intercambio de documentos, etc. Incluso me concedió el honor de ilustrar la carátula del último CD de Los Calchakis con una de mis fotos, tomada en el lago Titicaca.
"Todo el mundo, o casi, tiene arrepentimientos de algo, porque la vida se escapa a una velocidad que uno no puede concebir en la infancia o en la adolescencia". En su libro "La memoria cantando" contaba que su único miedo ante la muerte era no llegar a terminar todos los proyectos que tenía pendientes de realizar. En una fiesta en México en el Día de los Muertos, un músico del grupo "Los Folkloristas" le predijo el año 2021 como el de su fallecimiento, escribiendo "Héctor 2021" sobre un cráneo decorativo, pero erró la predicción algo más de 2 años. Por Sergio fui sabiendo los avatares de su último año de vida. Desde hace 40 años es difícil que pasen más de 3 o 4 días sin que escuche alguno de sus discos (frecuentemente lo hago a diario durante semanas), que me acompañan mientras camino, hago deporte, trabajo o escribo, como en estos momentos. Desde hace 40 años, la genial creación de Héctor, Los Calchakis, llevan haciéndome feliz casi a diario y además fueron el factor fundamental en despertar y estimular mi pasión por América del Sur, tan importante hoy en mi vida. ¡Gracias Héctor!!







Ecos de la quedada de Octubre (corderada)

Se celebró el día 21 de Octubre la esperada reunión de aylluítos en el bar El Pilar, La Olla-Deva con una nutrida participación.
Antes de proceder a los comentarios, debo señalar que se reseñaron dos ecos con anterioridad por parte de Eladio y Carmen; comentarios que este torpe INCAPAZ (en esta ocasión procede escribirlo todo junto y con mayúsculas) borró accidentalmente.
¿Cómo pudo ocurrir semejante desastre, se preguntará alguno?
Paso a relatarlo para evitar que alguien pueda caer en el mismo error: Estaba editando mis ecos, cuando sorpresivamente me invadió un cliente.... de estos que entran sin previo aviso y con alevosía.
Así pues tuve que abortar la tarea quedando el comentario totalmente inconcluso y con el programa en segundo plano, un desastre.
Decidí proseguir la tarea de tarde, pero no me era posible recuperar o editar el texto, o al menos no dí con la tecla adecuada, así pues, en el apartado de entradas marqué mi comentario para eliminarlo y ¡¡oh, sorpresa!! borró todo el contenido incluído el encabezado.
A petición de algunos miembros, lógicamente molestos por su eliminación intenté recuperar los ecos anteriores, pero tan solo quedaba un fragmento del eco de Carmen que al estar concatenado con el anterior de Eladio tenía poco sentido.
Así pues, gracias a mi torpeza partimos de cero.
Mis disculpas por semejante "gamba"
En fin, la reunión excelente, de las mejores del año, participación ejemplar, buen ambiente, derroche de instrumentos, era difícil que con tantas expectativas se nos diera mal.
Empezamos de la mejor manera, llenando la panza.... ¡¡¡y como!!! Platos y platos de cordero, patatas, ensaladas, algunas parrochas y bistec (estos últimos para algún "vegano" que pululaba por ahí)
A eso de los postres se internó Eladio con unas rimas, con un dificilísmo acertijo en su final, el cual solventamos casi todos a coro (y es que los aylluítos somos relistos, jejeje)
Ovación y vuelta al ruedo para Eladio por la ocurrencia.
A partir de ahí se desató la parte lúdico-festiva, pero no pudimos seguir la premisa "de la panza sale la danza", quizás por que ya no estamos en edad de menear el esqueleto.
Tanta edad debemos aparentar que Víctor nos trajo toda la comanda muy escasa de sal, intuyo que nos vió tan mayores que decidió darnos el menú de geriatría. Todos estos incovenientes siempre los solemos superar con mucho salero.
Me costó bastante engatusar al nuevo miembro, Rafa para los amigos, que tiene mucha música en los dedos y pulmones. Es muy versátil, tanto coge el charango, que la quena, que los sikus, que el bombo, creo que hasta la guitarra (aunque esto último debo preguntárselo a ese alemán tan conocido y renombrado, Alzheimer, creo se llama)
Participamos todos, aunque reconozco que cuando meto la cabeza en el charango me abstraigo del resto que ya bastante tengo con ver donde pongo los dedazos.
Salieron cosas chulísimas y utilizamos por regla general la técnica musical del "chigre", no es que sea excesivamente fina y depurada para el oyente, peroooooooooo, el ejecutante tiende a pasárselo pipa.
Así pues no hay más que decir: el objetivo de estas reuniones no es tanto satisfacer el paladar musical de los oyentes como el del disfrute "ad libitum" de todo aquel capaz de utilizar cualquier instrumento, y sí... vale casi todo.
Entre pitos y flautas la cuerda esta vez no estaba desamparada, ni mucho menos, tengo el vago recuerdo de estar escuchando tres guitarras simultáneamente, inhabitual en nuestras reuniones.
También hubo una versión de Recuerdo, en la que había (creo) cinco sikuris perfectamente sincronizados.
Como viene siendo habitual Juan (chakra) tardó en unirse a la parte musical, pero cuando lo hace marca un hito. Sin menospreciar a nadie, él juega en otra liga. Jamás le he visto perderse en ningún tema, por complicado que sea, ni dudar en ninguna frase. Acompañarle en sus notas siempre es un placer y una garantía, da igual las "perrerías" que le intente hacer con las cuerdas, lo solventa de forma magistral.
Fue transcurriendo la tarde, y fueron desgranándose multitud de temas, casi ninguno cantado, ese es nuestro talón de Aquiles (cantamos como Yogurtu N'gué) eso sí, somos especialistas en tonos "asquerosos" (supongo que si nos sacan de La y Do estamos perdidos)
Tras unas tres horitas de darle duro a todo lo que se nos ocurría, fue atardeciendo y eso marcó el ocaso de tan memorable quedada.
No sé el resto, pero aporrear el charango durante tanto tiempo agota, la senectud es implacable.
A eso de las ocho dimos por concluída la tortura y cada mochuelo a su olivo, fundamentalmente para poder hacer la digestión.