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miércoles, 23 de agosto de 2017
¡QUÉ DIFÍCIL ES HABLAR EL ESPAÑOL!
Aunque no es lo que solemos publicar en este blog, siempre viene bien una dosis de buen humor. Dedicado a todos los hispanohablantes.
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sábado, 5 de agosto de 2017
ECOS DE LA QUEDADA DE AGOSTO
La temporada del bonito del norte nos puso en bandeja la
oportunidad de celebrar ayer, día 4 de agosto, una de las quedadas que personalmente más disfruté. El
lugar, de nuevo, fue la casa de nuestro anfitrión, Inca Paz. Allí acudimos los
incombustibles Jose Luis, Pilar, acompañada de Alejandra, Pepe, Chema, Pablo, Juan Carlos,
Elena, Jose y yo misma.
Como casi todos sabéis, el hermoso túnido viaja mucho pero al igual que “la gente bien” de antes, elige
el norte para veranear. Así que, si hace unos meses contaba yo las excelencias del oricio en otro post, en esta ocasión para quién no haya comido un bonito en
temporada por estas tierras, le sugiero encarecidamente poner remedio a su mal a la mayor brevedad
posible. Es un manjar.
La parrilla en esta ocasión fue preparada por Juan Luis. El bonito rondaba los 4,5
Kg siendo Jose el encargado de prepararlo y aderezarlo a su personal criterio. Estaba riquísimo
¿verdad? El chico se llevó los aplausos del respetable.
Pero también llevamos carne para esa parrilla, igualmente tierna
y sabrosa. Y la huerta de Jose Luis “El Peli” nos proporcionó
unos tomatitos cherry y unos pimientos del padrón que “non picaban, non” y que estaban
riquísimos pasados por esa parrilla güena. Mencionar igualmente un par de ensaladas y un pedazo melón
de no sé si… ¿ocho kilos?, que Pablo añadió a la bacanal para todos. Hubo mucho
vino y licor y orujo. Pero abrir las
botellas fue cosa curiosa. No sé qué artilugio endemoniado había por allí, pero
dejaba todos los corchos dentro de las botellas, un misterio sin resolver. La
tarta...ejem ejem, sobre lo de la tarta mejor que escriban Elena y Juan porque a mi me da la risa. Una
llamada telefónica los puso en alerta máxima y acudieron al evento “in extremis”
(pensaban que la quedada era de sábado y ya salían de casa dispuestos a
disfrutar de la música y el colorido de un desfile de gaiteros bretones, gallegos, ingleses y cómo no, asturianos
haciendo patria).
Pues como de la panza sale la danza o eso dicen algunos, lo
siguiente a la cena fue un desparrame musical “a todo alcanfor” que empezó al aire libre en
la terraza donde habíamos cenado y terminó en el interior de la casa, debido a un
orbayu traidor. ¡Ay, amiguinos, quién dijo miedo! Despliegue habitual de músicas
andinas, quenas, bombos, guitarra, charango, sikus…Los temas, los de siempre,
los que nos gustan o nos acordamos. Cansa el Inca de darle a la guitarra,
porque es un no parar. Pero muere matando. El compresor, nuestro Pepe, a quién ya echábamos de menos, a lo suyo,
soplando esos tubos gigantes como si tal cosa. El cabruñador por excelencia,
señor Valle, incombustible y muy feliz. Un Juan Carlos enorme pero humilde porque le da
la gana con esa magistral forma de tocar. Elena cantando, las nubes se
levantan. El Peli con su siku y su charango. Chema con ese arsenal del que siempre
me aprovecho, pero esta vez portaba también un bombo precioso, pequeño, de una sonoridad increíble. Pablo, otro incombustible a la quena con repertorio para rato.
Gracias a todos y nos vemos en la próxima.
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