martes, 20 de diciembre de 2016

Ecos de la quedada de diciembre de 2016

Se celebró el domingo, día 18, la quedada correspondiente al mes de diciembre.
Fuera de las corderadas, era la primera quedada que se celebraba a la hora de comer.

Gracias a ello pudimos disfrutar de nuevo de la compañía de Yenny y de Hilary, las hermosas niñas de Belén y Pepe. No se me ocurre la manera de encarecer más el comportamiento de estas niñas. Llegaron a eso de las dos de la tarde y estuvieron hasta pasadas las siete sin una queja, ni un grito, ni un ruido... absolutamente encantadoras las dos.

En cuanto a la comida, también hubo cambios. El menú del domingo de "La Posada Blanca" nos pareció atractivo y decidimos pedirlo. Las raciones, muy abundantes, permitieron que cada uno pudiera probar casi todos los platos del menú. No obstante, y sin conocer a fondo la opinión del resto de los asistentes a la quedada, me aventuro a decir que personalmente me parece preferible el "picoteo" habitual de las cenas a este menú festivo. El precio, razonable, si bien hay que advertir que en las cenas tomamos vino Ribera del Duero o Rioja y el del menú era inferior.
Creo que tampoco miento si digo que en cuanto al servicio se echó de menos la profesionalidad y el saber hacer de Jose, que bastante tenía el hombre con ocuparse del piso de arriba, lleno de clientes.

En el apartado musical, la tarde era propicia para las sikuriadas. Ayahuasca y THC se dieron unas soberanas palizas de soplar el arsenal de "cañería" que portaban. Por allí desfilaron los grandes clásicos de los sikuris y algunas piezas de corte más moderno, en tanto que Juan Luis se desdoblaba en el charango y la guitarra.

También acompañó a Carmen en varios temas en los que ella tuvo que esforzarse por encontrar acomodo para su voz en los tonos ("asquerosos") en los que solemos "cantar" los tíos.

Al terminar, Jose, nuestro camarero preferido, se acercó a saludarnos y a desearnos Felices Fiestas, lo que desde aquí queremos hacer extensivo a todo el personal de La Posada Blanca y, ya puestos, a todos los lectores de este blog


2 comentarios:

  1. Pues me sumo al encanto emanado por las princesas, muy formalitas ellas y cariñosas (sobre todo al despedirse)
    El apartado gastronómico no tiene otro calificativo que opulento, me salía la comida por las orejas: empecé con ganas y hambre y me pudo más el gueyu que el butiellu.
    Además José del Valle estuvo amenizando el copioso condumio con sus extensas explicaciones sobre recetas diversas, así que la fartura fue doble.
    El apartado musical: de viento íbamos sobrados, los pulmones de Pepe son inconmensurables; esto unido a la continuidad de Jose, abrió la caja de los vientos (llegando a tener que apagar la calefacción de tanto aire cálido que desprendieron con sus vaharadas)
    En la parte polivalente se posicionó Eladio, que aunque recién operado de su dedo peineta ;-)hizo de las suyas con toda la percusión que pudo acaparar. No contento con semejante despliegue, en un momento dado y de forma sorpresiva, armonizó unas morenadas con el pito (para los malpensados, que sois todos.... era un silbato)
    Carmen estaba negra con nuestras siniestras y "asquerosas" tonalidades. Está claro que lo hacemos con toda la mala intención para que ella no pueda acompañarnos. Alquien debería confesarle que sólo nos sabemos dos tonalidades, y francamente, no del todo.
    Así pues querida Carmen tienes dos opciones: operarte con un chute de hormonas, o bien, enseñarnos nuevas opciones, entre las que podemos barajar el Fu Renault, del que dicen que es el tono universal.
    Belén y Geni sufrieron y padecieron nuestros delirios musicales y tuvieron el detalle de subir el tono de las conversaciones con las princesitas, cuando la música se acercaba a cotas peligrosas de decibelios (así teníamos plena constancia de su presencia y no temimos por su posible ausencia) jajajaja, pobres, lo que tienen que aguantar.
    Así que no me dejaron otra opción (entre todos) que acaparar todas las cuerdas disponibles (incluídos los maltrechos bordones de la magnífica guitarra de Carmen)y hacer todo el ruido del que fui IncaPaz. Hasta que el brazo dijo basta y comenzó la danza (más que nada para disimular los incipientes calambres que ya atenazaban desde el codo hasta el meñique)
    A eso de las 19:00 decidimos que el castigo había sido suficientemente severo, tanto para ejecutantes como oyentes y hubo manumisión general.
    Y lo más increíble de todo.... pensamos repetir.

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    1. Hormonas, hormonas...qué será eso...
      Mi querido Inca, intentaré la segunda opción de las que apuntas puesto que, de momento, me niego a tener más bigote que mi pareja (y no sé por qué me da, que él piensa lo mismo).
      Lo de la guitarra, si, no tengo perdón, hay que cambiar esas cuerdas, que para más inri, tengo de sobra por casa, así que a ello sin más dilación. La verdad es que no la uso desde que ando con la acústica.
      Hormonas, hormonas...ah ¿las de enraizamiento, como a las buganvillas?

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