Carlos Aguila La López Pereyra historia y su relación con el tango
Historia de "La López Pereyra" y su relación con el tango
Los conflictos que derivaron de la discusión de la autoría de esta popular zamba -la zamba por excelencia de la provincia de Salta- recién se resolvieron en los finales del siglo veinte.
Se trata de una melodía que comienza a tomar notoriedad por el año 1900 y llama la atención que especialistas en música criolla nada hayan podido aportar al tema. La excepción estuvo a cargo del impar coleccionista de tango Héctor Lorenzo Lucci, quien también tiene muchos discos de nuestra música criolla.
Cuando el folklore argentino tuvo un inesperado y extenso auge, promediando la década del '50, escuché decir que el título de la ya famosa zamba aludía a una mujer: la López Pereyra. ¡Nada más alejado de la verdad! El artículo “la” sólo puntualiza que la melodía tiene ritmo de zamba, no es por ninguna señora.
//1307//Un año atrás, despertó mi curiosidad, el relato de uno de los componentes del cuarteto vocal Los Artilleros, el señor Raúl Milano, cuando mencionó que el tal López Pereyra había sido un abogado salteño, quien salvó de la cárcel al músico y guitarrero Artidorio Cresseri, quien había cometido el desliz de matar a una mujer. Por esta acción, y en señal de agradecimiento, recibió el homenaje que la zamba llevara su apellido.
Héctor Lucci, una buena cantidad de años atrás, me relató que había conversado largamente con el anciano hijo de don Artidorio. Que este le contó que su padre había nacido en Salta el 5 de marzo de 1862 y fallecido en la misma ciudad el 8 de octubre de 1950, lo que se contradice parcialmente con la lectura de unos párrafos del voluminoso expediente judicial, originado mucho más tarde, donde se expresa que Cresseri era de origen italiano, de profesión músico, director de bandas. También le dijo que la música le pertenece a su padre y, con respecto a la letra hecha posteriormente, los primeros versos al periodista local Arturo Gambolini y el resto, la mayor parte, al cantor y poeta uruguayo Juan Francia. Y que había colaborado activamente en la adaptación definitiva de la letra a la melodía del canto, el propio doctor López Pereyra.
Con anterioridad a la letra y cuando aún la zamba no tenía título, Cresseri se la hizo conocer a la madre de los, luego famosos, hermanos Ábalos, que no sólo la difundió en diversas reuniones sino que además, habría sido ella la que la bautizó como “La chayateña”.
Retornando a Salta, una vez resuelto a favor de su padre el litigio judicial, el hijo de Artidorio relata en una publicación lo siguiente: «En plena reunión —se refiere a una peña- alzados ya los ánimos, López Pereyra le pidió a Cresseri que ejecutara esa "chilena" que tanto le gustaba. Fue entonces cuando, tocado también por la emoción del momento, éste le dedicó su composición bautizándola en su homenaje con el título original: “Chilena dedicada al doctor Carlos López Pereyra". El entusiasmo obliga a la repetición y el doctor la baila con una dama santiagueña, así se consagra el bautismo de la zamba».
Cresseri reformó el título en los originales siguientes que firmara y cediera a sus amistades y este quedó reducido al apellido de su dilecto amigo. Los versos originales de Gambolini fue ponderado entre otros por el payador José María López (1885-1967), testigo presencial del nacimiento y bautizo de la zamba, pero aquellos versos parecen desvanecerse en el tiempo o bien quedaron incluídos en la letra posterior y definitiva.
Se necesitan nuevos aportes para dilucidar la cuestión. Surge entonces la presencia del famoso y legendario payador uruguayo Juan Francia, también amigo personal de Cresseri y a quien se le asignó la autoría de las tres primeras estrofas con las que, por mucho tiempo, fue cantada la zamba, la cuarta estrofa fue incorporada con posterioridad y se desconoce quién la hizo.
Vale agregar que aquel día de la peña cuando nació la dedicatoria, fue una ocasión especial, 25 de abril, cumpleaños de López Pereyra (1875-1929).
Un trabajo periodístico firmado por Luis A. Lescano, coincide en el agradecimiento de Artidorio a su abogado, juez de instrucción por entonces, por haberlo librado de un problema policial. Pero también ofrece una versión menos impactante: el jurisconsulto era habitual concurrente a reuniones donde, por supuesto, la música no faltaba y supo coincidir varias veces con el guitarrero, a quien indefectiblemente le solicitaba la ejecución de la zamba, sabiendo ya el músico de que se trataba llegaba la respuesta de inmediato. La gran difusión del tema llevó al vulgo, aún cuando no estuvieran presentes ninguno de los dos personajes, a pedir al músico de ocasión: "la de López Pereyra", haciendo referencia a la zamba que éste siempre gustaba escuchar.
Han dicho, que los problemas legales comenzaron por 1916 cuando en la provincia de Santiago del Estero, Andrés Chazarreta publica su segundo álbum de nuevas composiciones y entre ellas figura "La chayateña". También, que fueron familiares de Cresseri -aún con vida- los que iniciaron acciones judiciales y que Chazarreta siempre reconoció que se trataba de una zamba salteña que supo escuchar algunas veces y que desconocía el autor.
Nadie debe poner en duda la capacidad de Chazarreta como músico, director y compositor, con más de 400 obras incluyendo las recopiladas. Esta última actividad no debe tomarse a la ligera o como artera apropiación de creaciones ajenas. Gracias a los recopiladores melodías perdidas pudieron llegar a oídos de los pueblos, vaya como un ejemplo, entre tantos: "La zamba de Vargas".
En nuestro caso el conflicto llegó porque en Salta estaban completamente convencidos que la zamba tenía autor o bien porque Cresseri la había recopilado antes.
Fue inscripta en SADAIC en 1958 y unos diez años más tarde se falló en favor del salteño, hubo una apelación y en definitiva se fueron más de veinte años hasta el fallo ratificatorio y definitivo.
Amigos de Cresseri no confiaban para nada en la labor de recopilación de Chazarreta y crearon una letra burlona, sin sutilezas, para cantar con la melodía de la zamba.
Historia de "La López Pereyra" y su relación con el tango
Los conflictos que derivaron de la discusión de la autoría de esta popular zamba -la zamba por excelencia de la provincia de Salta- recién se resolvieron en los finales del siglo veinte.
Se trata de una melodía que comienza a tomar notoriedad por el año 1900 y llama la atención que especialistas en música criolla nada hayan podido aportar al tema. La excepción estuvo a cargo del impar coleccionista de tango Héctor Lorenzo Lucci, quien también tiene muchos discos de nuestra música criolla.
Cuando el folklore argentino tuvo un inesperado y extenso auge, promediando la década del '50, escuché decir que el título de la ya famosa zamba aludía a una mujer: la López Pereyra. ¡Nada más alejado de la verdad! El artículo “la” sólo puntualiza que la melodía tiene ritmo de zamba, no es por ninguna señora.
//1307//Un año atrás, despertó mi curiosidad, el relato de uno de los componentes del cuarteto vocal Los Artilleros, el señor Raúl Milano, cuando mencionó que el tal López Pereyra había sido un abogado salteño, quien salvó de la cárcel al músico y guitarrero Artidorio Cresseri, quien había cometido el desliz de matar a una mujer. Por esta acción, y en señal de agradecimiento, recibió el homenaje que la zamba llevara su apellido.
Héctor Lucci, una buena cantidad de años atrás, me relató que había conversado largamente con el anciano hijo de don Artidorio. Que este le contó que su padre había nacido en Salta el 5 de marzo de 1862 y fallecido en la misma ciudad el 8 de octubre de 1950, lo que se contradice parcialmente con la lectura de unos párrafos del voluminoso expediente judicial, originado mucho más tarde, donde se expresa que Cresseri era de origen italiano, de profesión músico, director de bandas. También le dijo que la música le pertenece a su padre y, con respecto a la letra hecha posteriormente, los primeros versos al periodista local Arturo Gambolini y el resto, la mayor parte, al cantor y poeta uruguayo Juan Francia. Y que había colaborado activamente en la adaptación definitiva de la letra a la melodía del canto, el propio doctor López Pereyra.
Con anterioridad a la letra y cuando aún la zamba no tenía título, Cresseri se la hizo conocer a la madre de los, luego famosos, hermanos Ábalos, que no sólo la difundió en diversas reuniones sino que además, habría sido ella la que la bautizó como “La chayateña”.
Retornando a Salta, una vez resuelto a favor de su padre el litigio judicial, el hijo de Artidorio relata en una publicación lo siguiente: «En plena reunión —se refiere a una peña- alzados ya los ánimos, López Pereyra le pidió a Cresseri que ejecutara esa "chilena" que tanto le gustaba. Fue entonces cuando, tocado también por la emoción del momento, éste le dedicó su composición bautizándola en su homenaje con el título original: “Chilena dedicada al doctor Carlos López Pereyra". El entusiasmo obliga a la repetición y el doctor la baila con una dama santiagueña, así se consagra el bautismo de la zamba».
Cresseri reformó el título en los originales siguientes que firmara y cediera a sus amistades y este quedó reducido al apellido de su dilecto amigo. Los versos originales de Gambolini fue ponderado entre otros por el payador José María López (1885-1967), testigo presencial del nacimiento y bautizo de la zamba, pero aquellos versos parecen desvanecerse en el tiempo o bien quedaron incluídos en la letra posterior y definitiva.
Se necesitan nuevos aportes para dilucidar la cuestión. Surge entonces la presencia del famoso y legendario payador uruguayo Juan Francia, también amigo personal de Cresseri y a quien se le asignó la autoría de las tres primeras estrofas con las que, por mucho tiempo, fue cantada la zamba, la cuarta estrofa fue incorporada con posterioridad y se desconoce quién la hizo.
Vale agregar que aquel día de la peña cuando nació la dedicatoria, fue una ocasión especial, 25 de abril, cumpleaños de López Pereyra (1875-1929).
Un trabajo periodístico firmado por Luis A. Lescano, coincide en el agradecimiento de Artidorio a su abogado, juez de instrucción por entonces, por haberlo librado de un problema policial. Pero también ofrece una versión menos impactante: el jurisconsulto era habitual concurrente a reuniones donde, por supuesto, la música no faltaba y supo coincidir varias veces con el guitarrero, a quien indefectiblemente le solicitaba la ejecución de la zamba, sabiendo ya el músico de que se trataba llegaba la respuesta de inmediato. La gran difusión del tema llevó al vulgo, aún cuando no estuvieran presentes ninguno de los dos personajes, a pedir al músico de ocasión: "la de López Pereyra", haciendo referencia a la zamba que éste siempre gustaba escuchar.
Han dicho, que los problemas legales comenzaron por 1916 cuando en la provincia de Santiago del Estero, Andrés Chazarreta publica su segundo álbum de nuevas composiciones y entre ellas figura "La chayateña". También, que fueron familiares de Cresseri -aún con vida- los que iniciaron acciones judiciales y que Chazarreta siempre reconoció que se trataba de una zamba salteña que supo escuchar algunas veces y que desconocía el autor.
Nadie debe poner en duda la capacidad de Chazarreta como músico, director y compositor, con más de 400 obras incluyendo las recopiladas. Esta última actividad no debe tomarse a la ligera o como artera apropiación de creaciones ajenas. Gracias a los recopiladores melodías perdidas pudieron llegar a oídos de los pueblos, vaya como un ejemplo, entre tantos: "La zamba de Vargas".
En nuestro caso el conflicto llegó porque en Salta estaban completamente convencidos que la zamba tenía autor o bien porque Cresseri la había recopilado antes.
Fue inscripta en SADAIC en 1958 y unos diez años más tarde se falló en favor del salteño, hubo una apelación y en definitiva se fueron más de veinte años hasta el fallo ratificatorio y definitivo.
Amigos de Cresseri no confiaban para nada en la labor de recopilación de Chazarreta y crearon una letra burlona, sin sutilezas, para cantar con la melodía de la zamba.