domingo, 8 de mayo de 2016

ECO DE LA QUEDADA DE MAYO



Se celebró la quedada correspondiente al mes de mayo. La asistencia en esta ocasión fue grande, llegando a reunirnos diez personas.

Como habíamos adelantado por el WhatsApp, por diferentes motivos no logramos llegar a la cena bastantes de nosotros por lo que en este punto, lamento no poder dar referencia de ella. Quizás lo haga algún otro miembro del Ayllu. En cualquier caso, puedo imaginar que haya sido estupenda, como siempre. Gracias, amigos de la Posada Blanca.

En cuanto a la música que nos une…en fin…fue una noche fantástica de nuevo. Yo me lo pasé pipa. Por cierto, que las aportaciones musicales siempre son de todo el conjunto de miembros activos, como no podía ser de otra manera, ya que independientemente de la enorme e incuestionable calidad de alguno de ellos, todos los presentes disponen sus instrumentos para la batalla: han fallecido algunas canciones, si, pero su fusilamiento fue tan bonito…

Se escucharon zambas, chacareras y tangos de la mano de Pablo Chabrol al que acompañamos con nuestras voces e instrumentos y allí se desgranaron grandes clásicos de la música sudamericana. 
Por supuesto, mi querido Frente Andino de Liberación no se quedó atrás, así que el partido en esta ocasión quedó en empate. Anda, eso si, algo pachucho Pepe, nuestro compresor, que ya tiene a buen recaudo el disco solicitado. Que lo disfrutes, amigo.

Pero hubo más. No nos olvidemos que vivimos en una aldea poblada por irreductibles asturianos que resisten siempre al invasor. Y quizás por eso, a una rubia que andaba por allí, le dio por plantarse con un par de vaqueiras de esas que hacen temblar el suelo. Y digo yo (y no digo ná) que pa estas cosas, va a ser mejor que nos habiliten el sótano del restaurante. No sé. Por si acaso. En Almería aún se preguntan qué pasó.

Gracias Jorge, por tu música y tu agradable compañía. Sé que estabas pachucho. Gracias también a Graciela, compañera de música y de risas.

De allí nos fuimos a las 02.30h. de la mañana. Subiré alguna foto cuando me reponga. Y no digo más. Que lo cuenten otros. Repartamos el saludable trabajo de escribir en este blog y seamos cómplices activos de la aventura.